Textos

Un mundo de falsedad

 Gabriela Trejo Sánchez*

 

Francisco Tario nació en 1911, en pleno estallido de la Revolución Mexicana. Para 1943 aparecen sus primeros dos libros, La noche y Aquí abajo. La singularidad de ambos volúmenes radica no sólo en el año de su publicación, sino en la temática y recepción de cada uno. El primero es un libro de cuentos fantásticos en el que los objetos y los animales toman la voz narrativa para hablar de sus problemas y situaciones cotidianas; es el más conocido y leído del autor. En cambio, Aquí abajo es una novela más bien realista cuya historia transcurre en las zonas marginales de la ciudad de México, texto prácticamente desconocido por los lectores y que ni siquiera agotó sus ventas.

En el momento de la publicación de La noche y de Aquí abajo, la narrativa estaba centrada en contar hechos revolucionarios y los lectores exigían una relación entre lo leído y la realidad. Sin embargo, sabemos que esto no es posible pues justo en el momento en que se escribe, todo pasa a ser ficción aún cuando se trate de un retrato fiel de lo visto. Francisco Tario deja atrás la narrativa revolucionaria para explorar nuevas formas y también deja atrás a quienes declaran que Alfonso Reyes es el máximo exponente de lo literario y no hay quien pueda compararse a él.

Nunca se afilió a una corriente literaria ni perteneció a algún grupo de escritores, al contrario: fue catalogado durante mucho tiempo como un escritor “raro”,[1] pero la verdad es que las etiquetas de los escritores, cuando ellos no se las colocan, y la pertenencia a alguna corriente literaria, generalmente son asignadas por críticos que los estudian y esto suele ocurrir mucho tiempo después de las publicaciones, incluso cuando los autores ya han muerto.

Así pues, Tario es conocido por ser un autor raro, de familia adinerada y que jamás recibió un premio o solicitó una beca. Publicar en un momento en el que todo lo que se escribía era leído —pues acaso podía formar parte de las lecturas escolares obligadas—, tampoco le garantizó el éxito. Como ya mencioné, Aquí abajo ni siquiera logró agotar sus ventas y es sólo recientemente que ha sido leído y estudiado como merece, e incluso existe ya alguna tesis sobre esta novela.

Aquí abajo es la historia de Antonino, más que la de su esposa Elvira o sus hijos Liborio y Carlota. La familia vive en Peralvillo, zona considerada como marginal en ese tiempo. Viven con la esperanza de que a Antonino le suban el sueldo en el periódico en el que trabaja, pues con ese aumento será posible comprar la casa con jardín que quiere Elvira para que sus hijos jueguen. Este hecho particular es la revelación de quién es la guía en la familia. Antonino quiere un aumento porque Elvira lo desea, pero no es su sueño, acepta los anhelos de su esposa como propios porque es lo que se espera de él. Sin embargo, Antonino ni siquiera es capaz de acercarse a la oficina de su jefe para solicitar el tan ansiado aumento. La vida familiar gira en torno a ese futuro e imaginario jardín, a lo que será, pero nunca se concreta.

Antonino es un personaje conformista, habitante de un mundo falso en una ciudad de la periferia, vive con lo que tiene, no desea más de lo que su esposa puede desear. Es consciente de su estado económico y social. Está tan mimetizado con su entorno y lo que “le toca” vivir que cuando su jefe lo llama a su oficina, no es capaz de pedir un aumento, su mente se pierde en divagaciones y cuando sale de allí, no sabe cómo consiguió cien pesos, pero sí sabe que es un billete extra que no tendrá otra vez, así que decide ir en taxi a comer y beber una cerveza. Ese dinero le hace comprender que no es el medio para ser feliz, va y compra un vestido de seda para Elvira, paga noventa pesos y está contento con eso, pero reflexiona y decide no entregarlo, lo abandona en algún templo después de andar por la ciudad, además, está convencido de que a su esposa le dirá que no consiguió el aumento. Así, al negar esa posibilidad de mejora, se mantiene dentro del mismo mundo en el que ha logrado sobrevivir aparentando felicidad y conformidad con su destino de asalariado sin mejora. La indecisión es una constante en su vida, ocasionando malos entendidos y acciones reprobables.

Aquí abajo narra, en cierto modo, la forma de vida de abajo, de los empleados que no pueden mantenerse con un sueldo paupérrimo y viven de esperanzas y deseos jamás cumplidos. Ser marginales, no sólo por los sitios que habitan sino por sus condiciones de vida, los convierte en candidatos perfectos para la caída. Si bien, Antonino estaba conforme con su vida y sus bienes, también es cierto que su mundo es todo apariencias y anhelos. Elvira es quien lo empuja a desear más, pero ¿qué pasa cuando Antonino decide no entregar el vestido ni hablar del aumento de sueldo?

Sucede que Antonino cae un poco en la escala de la degradación al privar a su esposa de un pequeño lujo y de la posibilidad de mejorar económicamente, se estanca, se vuelve mediocre a ojos del lector. El protagonista es presa de un mundo de apariencias, está atrapado entre su familia, su trabajo, la religión. Es un círculo que repite incesantemente. Poco a poco, este conjunto va aniquilando su ser. Todo lo aplasta. El entorno de falsos buenos cristianos en el que habita intenta moldearlo conforme a lo que se espera de él. Su caída es también la pérdida de la voluntad y la libre decisión. Es el salto a un nuevo mundo en el que las apariencias se esfuman.

En este camino hacia la caída, Elvira también ocupa un sitio cuando es infiel con su primo Lauro. Algo en ella cambia, su actitud es distinta y distante, se vuelve cínica y despreocupada, comete el pecado y sabe que es muy fácil volver a hacerlo porque no hay consecuencias. Ambos esposos presentan una caída gradual que rompe con la aparente armonía de su hogar. Si bien al principio Elvira no deseaba tener una relación con Lauro, termina por ceder a sus presiones y disfruta de esa infidelidad.

Contrario a ellos aparece el primo Lauro, primer enamorado de Elvira que regresa para cumplir con sus deseos. Bajo una aparente amabilidad, se acerca a la familia y bajo presiones y chantajes logra su cometido. Envía varias notas a Elvira después de concertar una cita mientras están en el circo. Cuando por fin logra tener a Elvira, el autor lo hace parecer como algo agresivo, salvaje y sin tacto. Lauro y Elvira desaparecen en el despoblado, rodeados de hierbas, como era allá en su pueblo, al aire libre, y más parece una violación que algo consensuado. Lauro ya está en caída libre hacia la traición y el abuso, lo ha pensado antes y llega a Peralvillo decidido a cumplir sus caprichos sin importar los obstáculos. Con el tiempo, Elvira disfruta está relación porque es lo que le toca, sabe que debía suceder en algún momento y ambos buscan estos encuentros. Elvira cambia a partir de su relación con Lauro, deja atrás su máscara de esposa entregada a su familia para convertirse en la mujer grosera y altanera que reclama y humilla.

Quizás Antonino es quien más bajo cae debido al asesinato del cura. Después de vivir una vida de intentos, desaparecer al cura se convierte, también, en la destrucción del mundo en el que se encuentra inmerso. En ese mundo caben Elvira, Lauro y Antonino, por supuesto, víctimas de sus deseos y sus acciones siempre disfrazadas. Es el mundo de abajo, corrupto y viciado habitado también por limitaciones económicas y carencias incapaces de cubrirse. Aunque luego del asesinato del cura, viene la huida. Antonino no escapa como debiera hacerlo, y en el camino, su salida lo hunde. A lo largo de su vida es lo único que realmente se atreve a hacer y ese podría ser el único acto hecho con auténtica libertad. Hubiera sido más fácil si su atrevimiento hubiera comenzado al pedir un aumento, o reclamar la infidelidad de Elvira y poner un límite. Sin embargo, solamente se deja arrastrar por un mundo falso en el que habita y al que, finalmente, intentará asesinar.

Este acercamiento a Antonino, Elvira y Lauro es sólo una pequeña muestra de cómo estos personajes hacen más bajo el mundo de Aquí abajo las aparente bondad y felicidad es sólo la fachada con la que cubren sus verdaderas intenciones.

A pesar de haberse publicado hace ochenta años, Aquí abajo es una novela que ha trascendido para mostrar que seguimos viviendo en una sociedad de apariencias en el que todo se confabula para quitarnos lo más valioso de nuestro ser. Afortunadamente, esta novela ha atraído miradas nuevas y esto puede significar el resurgimiento de un autor considerado raro que se atrevió a mostrar la ciudad y sus habitantes y hasta sus objetos de una manera singular.

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*Gabriela Trejo es egresada del diplomado «Realidad y revelación: una visión de la literatura mexicana del Siglo XX», realizado por Literaria Centro Mexicano de Escritores con el apoyo del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales de la Secretaría de Cultura Federal. 

[1] Tal como lo ha mencionado el escritor Mario González Suárez en su análisis sobre Francisco Tario. Diplomado Realidad y revelación: una visión de la literatura mexicana del Siglo XX.