
La Novela de la Revolución ha sido fuente de identidad para las letras mexicanas. Sus influjos aún se hacen sentir, para bien y para mal, en el realismo en muchas ocasiones asfixiante de nuestra tradición literaria.
Como toda pasión, nos ha permitido conocernos, pero también alejarnos de nuestra esencia anterior y futura. ¿Cómo sería escribir más allá de la Revolución? Quizá volar como lo hacen Efrén Hernández, José Revueltas y Juan Rulfo, a quienes no hallan cómo edulcorar sin ponerse en evidencia.
Toda tradición, para ser benigna, debe vivirse por dentro, pero también comprenderse desde fuera. En este número de la Revista Literaria escriben Sergio H. García, que en Revolución: ruptura del mito enarbola dicho esfuerzo. En Aquí no vive México, David A. Sida Medina se cuestiona quién decide lo que es o no es mexicano, y con qué intenciones. Concepción Ocadiz nos brinda en su texto Balas de esperanza, un vívido análisis de Los de abajo, novela inaugural del género. José Palomares Santos analiza la obra de Mariano Azuela y hace un comparativo con otros esfuerzos de corte histórico en El peso del atraso.
Por su parte, Humberto Orígenes Romero en su texto Cartucho, realiza una interpretación del personaje de Nellie Campobello creado por Francisca Moya. En Una novela clásica, Gabriela Trejo subraya uno de los aportes de Mariano Azuela: presentar como personajes a la gente del pueblo común. Más allá de la guerra civil, Esther Orozco nos relata en San Isidro, Julia y la Revolución las tradiciones de su pueblo natal. Annabell Díaz Suárez nos comparte un cuento estupendo: La suerte del enterrador, mientras que Ricardo García en su Señor de las máscaras nos brinda una reseña de una obra que deconstruye la Revolución misma.
Esperamos que disfruten este número.
